Los medios de comunicación, difusión e información como canales de la libre expresión de las ideas y del pensamiento cumplen un rol importante, principalmente en el acceso al derecho universal de la información; estos mantienen en sus diversas manifestaciones cierto equilibrio entre las distintas corrientes sociales, económicas y políticas prevalecientes en los sistemas imperantes en nuestras sociedades que los utilizan como mecanismo para su existencia, primero, y para influenciar y controlar las estructuras sociales, en segundo plano.
Equilibrio que se ve amenazado cuando se trata o se coarta estos derechos fundamentales, ganados, de algún modo a sacrificios, luchas continuas y determinación de hombres y mujeres que han desafiado a los sectores mas conservadores, políticos y económicos, que históricamente controlan los medios.
Los comunicadores en el ejercicio día a día de su profesión sienten cada vez mas los embates, amenazas y riesgos externos e internos en los medios en que se desenvuelven: agresiones, tanto físicas como verbales, intimidación, censura ya sea esta supresiones, prohibiciones, despidos, suspensiones, la autocensura, entre otros.
Por ello es que se hace necesario el trabajo honesto, responsable, confiable, objetivo del comunicador que de alguna manera siente el compromiso de contribuir ha hacer hacer de esta una profesión digna, cumpliendo con las normas y criterios morales y sociales reconocidas como universales inherentes al ser humano; del buen uso de las herramientas que identifican su trabajo, sin ofender, sin injurias, falsas valoraciones e informaciones manipuladas con el propósito de dañar la integridad moral de segundos. Se puede hacer buena comunicación en los medios sin faltar a la ética profesional, y hacer de la nuestra una profesión honorable.
Joel Quiterio Herasme Melo.
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